River Plate ganó el campeonato de 1953 tras un mal comienzo que lo relegó en las posiciones, al punto de quedar a siete unidades del primero. Pero una gran reacción en los desquites le permitió alcanzar el título con un punto de ventaja sobre Racing. Lo más extraordinario de la temporada lo representó el notable aumento del público (cerca de 650 mil entradas más que en 1952), lo que debe ser atribuido a la resonancia de los triunfos internacionales obtenidos ante ingleses y españoles en el estadio de River Plate, y al gran efecto publicitario que siginifcó para el fútbol el ingreso de la televisión, que elevó considerablemente la cantidad de adictos al popular deporte. Ese fervor se manifestó pese al nuevo fracaso de Boca Juniors, en cuya formación apareció Mouriño, cubriendo adecuadamente el vacío dejado por Lazzatti, en 1947. Insospechada resultó la declinación de Independiente, que tras ganar la primera rueda jugó once partidos consecutivos sin triunfos. En el mismo certamen en donde se incorporó el ascendido Gimnasia y Esgrima La Plata, descendió su tradicional adversario, Estudiantes de La Plata, no obstante una maniobra realizada en su último partido ante Chacarita Juniors y destinada a salvarlo de esa situación. El total de entradas vendidas alcanzó a 3.168.463 con uno de los mayores promedios conseguidos: 13.201 por partido.